A finales de los 90 mientras la música Indie se extendía por todo el territorio español, otros ritmos se imponían en el panorama musical. Las salas de conciertos se convertían en Clubs y los festivales se multiplicaban. Los DJ compartían escenario con los grupos y las noches de fiestas no tenían fin.

Ahora, después de 30 años como fotógrafa de conciertos, es el momento de compartir con vosotros mi recorrido fotográfico en fiestas, conciertos, clubs y festivales en España. Para ambientar esos momentos cuento con los testimonios de los protagonistas que vivieron la escena electrónica. El archivo fotográfico consta de más de 400 artistas provenientes de todos los continentes.

LA MÚSICA ELECTRÓNICA EN ESPAÑA (1995-2015) es un libro de fotografías que esta en preparación desde diciembre de 2022. Se trata de un proyecto participativo de edición limitada, sin editoriales ni sponsors, respetuoso de los derechos de imagen y de propiedad intelectual. Para poder financiarlo, lo presentare en un crowdfunding y tendrá el mismo formato y la misma perspectiva que su hermano mayor INDIESIDE: LA MÚSICA INDEPENDIENTE EN ESPAÑA EN LOS 90 editado en 2022.

Bienvenidos a esta nueva etapa de baile, sonidos electrónicos, experimentales, techno, ambient, minimal, electro pop, house, …..

La relación entre el fotógrafo de conciertos y el artista a menudo se resume en correr un maratón de 3 temas musicales.
El fotógrafo, en busca de imágenes que se puedan publicar, enfoca el sujeto como el centro de su composición. Busca el momento fugaz en el que pueda retratar al artista (cuando la iluminación lo permite) y si puede mostrar algún movimiento, juego de luces, visuales … aún mejor. Para los DJs es más complicado y las buenas tomas a veces escasean.

Hasta aquí esa relación se resumía en esas fotos y nada más: un archivo, una composición, una comunicación visual.

En este libro, tal y como lo fue con INDIESIDE, el respeto al la imagen es una parte importante. Me parece interesante acercarme al artista para que deje de ser el sujeto de mis fotos y se convierta en una persona con la cual puedo comunicar, que descubre mi archivo y decide si puedo usar su imagen. Comunicar, adentrarse en su música y en su recorrido, ver como reacciona y poder intercambiar algunas palabras estrechan la relación y añaden más intimidad a este proyecto. .
Sin duda, ese cambio de óptica aporta una dimensión más humana y colaborativa.